¡¡Adiós, Málaga la Bella!!

En el primer cuadro, se esboza el conflicto hilo conductor de la obra, junto con la presentación de los personajes de la misma. Andrés y El Manchao son dos hermanos que están enamorados de la misma mujer, Milagros hija única del Tío Borrasca. Milagros únicamente quiere a Andrés y El Manchao acosa a Milagros cada vez que ella se encuentra sola, sin la protección de su padre ni de Andrés. Éstos terminan por conocer esta circunstancia y al final del primer cuadro los dos hermanos acaban por enfrentarse ofreciendo su pecho Andrés a la faca que había sacado El Manchao, en un acto de valentía y nobleza. El Manchao queda sorprendido y humillado con tal gesto ante Milagros y Borrasca y abandona la escena tirando la faca al suelo.

El segundo cuadro se desarrolla en la choza del Tío Borrasca donde otros personajes de la historia como Frasquito (compadre de Borrasca) y su hija Soledad (amiga de Milagros), y un borracho llamado Surrapa, amenizan la escena sirviendo de contrapunto a la gravedad de la misma encarnada en Milagros, Andrés y Tío Borrasca que temen una reacción airada de El Manchao. Milagros da a su padre y a Andrés dos escapularios antes de que zarpen a la mar. Andrés le jura amor eterno.

El tercer cuadro se desarrolla con el mismo decorado del primero pero con la diferencia de que la mar está revuelta. El Manchao arrepentido sinceramente de haber querido matar a su hermano espera con ansiedad para disculparse desde la playa la vuelta del mismo y del Tío Borrasca, pero la tempestad hace naufragar la embarcación de ambos (“La Golondrina”) y El Manchao salva la vida a su hermano arrojándose al mar con peligro de su propia vida. Comprende que su amor es imposible y hace prometer a su hermano que la quiera por los dos. Marcha de su querida ciudad con estas palabras que siempre quedarán para la memoria de la obra y de la ciudad: ¡Adiós, Málaga la bella! ¡Tierra donde yo nasí! ¡Para todos fuiste madre, y madrastra para mí! ¡Adiós, Málaga la bella!.